martes, 30 de marzo de 2010

Tertulia del mes de abril


La Otra Esquina de las Palabras anuncia su tertulia del mes de abril con motivo del 30 aniversario del éxodo del Mariel:

Un homenaje a los escritores y artistas de esa generación

Con la participación de Luis de la Paz, Laura Luna y Reinaldo García Ramos

Presentación a cargo del escritor Rodolfo Martínez Sotomayor

Lugar: Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
(305)448-4949
Viernes, 9 de abril a las 7:30 p.m.


Luis de la Paz (La Habana, 1956). Salió de Cuba durante los dramáticos sucesos de la embajada del Perú y el posterior éxodo del Mariel, en 1980. Desde entonces reside en Miami. Fue miembro del consejo de editores de la revista Mariel (1983-1985) y de Nexos de difusión electrónica. Entre el 2001 y el 2008 edita El Ateje, revista de literatura cubana. Ha publicado los libros de relatos: Un verano incesante (Ediciones Universal, Miami, 1996), El otro lado (Ediciones Universal, Miami, 1999), Tiempo vencido (Editorial Silueta, Miami, 2009), y la recopilación de textos y documentos: Reinaldo Arenas, aunque anochezca (Ediciones Universal, Miami, 2001). Un cuento suyo es recogido en Cuentos desde Miami (Poliedro, Barcelona, 2004) y en Palabras por un joven suicida (Editorial Silueta, Miami, 2006). Es columnista de Diario Las Américas.


Laura Luna(La Habana, Cuba). Pertenece a la generación de artistas plásticos cubanos de los años 80. Tomó clases en el taller de cerámica de Juan Miguel Rodríguez de la Cruz, en Santiago de las Vegas, donde también dieron sus primeros pasos Amelia Pelaez y René Portocarrero. Llegó a los Estados Unidos en 1980 durante el éxodo del Mariel, estableciéndose en Miami en 1994. Ha realizado exposiciones en galerías, museos y universidades de los Estados Unidos y el extranjero. Su obra forma parte de la exposición permanente de pintores cubanos del Museo de Arte de La Universidad de Miami(Lowe Art Museum).


Reinaldo García Ramos recibió en 2006 el XI Premio Internacional de Poesía Luys Santamarina-Ciudad de Cieza con su libro Obra del fugitivo, publicado ese año en Madrid por Ediciones Vitruvio. Nació en 1944 en Cienfuegos, Cuba, y terminó estudios de Letras en la Universidad de La Habana en 1978. Perteneció al grupo de escritores El Puente (1962-1964), con el cual publicó Acta (1962), su primer poemario. Desde 1980 hasta 2001 residió en Nueva York, donde trabajó de editor en varios órganos de prensa y fue traductor durante doce años en la Secretaría de las Naciones Unidas. Fue miembro del Consejo de Dirección de la revista Mariel (Nueva York, 1983-1985). Ahora vive en Miami Beach (Florida) y es Editor de la revista de poesía Decir del agua, que fundó en 2002. Ha publicado los poemarios El buen peligro (Madrid, 1987), Caverna fiel (Madrid, 1993), En la llanura (Coral Gables, 2001) Únicas ofrendas, cinco poemas (Madrid, 2004) y El ánimo animal (2008).

lunes, 29 de marzo de 2010

domingo, 28 de marzo de 2010

Bagazo(poemas iberos): nuevo libro de Santiago Méndez Alpízar(Chago)


BAGAZO: PALABRAS AL LIBRO

Por Iván de la Nuez

El libro, quizá, no es el soporte ideal para alojar los poemas de Santiago Méndez Alpízar, Chago. Aunque este libro no mengua, en ningún caso, la posibilidad de adivinarles sus ámbitos “naturales”; los espacios a los que estos textos pertenecen por derecho propio. Los imaginamos en los muros de Madrid, como grafitis de una vida que imprime sus huellas en la intemperie. O bien en las pantallas del Metro; como aquellos anuncios agónicos de Jenny Holzer: Protect Me From What I Want.

Desde siempre, los poemas de Chago han deambulado solos por la ciudad. Unas veces perseguidos por él; y otras, por el contrario, saliéndole al paso (en un mal viaje cualquiera). Compañeros de la lisérgia y el exilio, de la noche o la fotofobia del día después, son textos autónomos que dan cuenta, sin maquillaje, de este momento en que los ciudadanos han sido reducidos a su condición de urbanitas. Meros supervivientes de una ciudad hecha, cada vez más, a contrapié de sus habitantes.

Hay, en Bagazo, una historia inicial y una lengua materna que indican el origen de estos escritos. Y hay, en este libro, la perversión del aquel idioma seminal, desbordado por el lenguaje de la calle, la jerga de la noche, los agujeros negros de Madrid.

Como muchos otros escritores cubanos obsesionados con la ciudad –Cabrera Infante o Reinaldo Arenas entre los más grandes-, Chago no proviene de La Habana. Acaso por eso su pasión urbana tenga un punto bárbaro; como de conquista de la ciudad a marchas forzadas y sin contemplaciones. Para Alpízar, que es de un pueblo de Cuba llamado San juan de los Remedios, la ciudad no es, en ningún caso, un paraíso perdido sino el infierno buscado. A conciencia y sin concesiones. Es, también a veces, el infierno encontrado. Si leemos Bagazo, sabremos identificar esa búsqueda y ese hallazgo. Y que eso, precisamente, es lo que ha decidido compartir con nosotros este libro y este poeta.

El libro ya está a la venta en el blog del autor: Efory Atocha


Iván de la Nuez(La Habana, 1964). Ensayista, crítico de arte y comisario de exposiciones. Actualmente es el jefe del Departamento de Actividades Culturales del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Ha sido director de Exposiciones del Palacio de la Virreina de Barcelona (2000-2009). Entre sus libros destacan: La Balsa perpetua: soledad y conexiones de la cultura cubana (Barcelona, 1998), El Mapa de sal: un poscomunista en el paisaje global (Barcelona, 2001) y Fantasía roja: los intelectuales de izquierdas y la revolución cubana (Barcelona, 2006). Es colaborador habitual de El País, La Vanguardia, El Periódico de Cataluña, Postmodern Notes, Der Tagespiegel y Nouvelle Revue Française.

sábado, 27 de marzo de 2010

Dos poemas de Alejandro Fonseca


LAS NOCHES CONTADAS

Si me miro la punta de los pies
parece que estoy al margen del paraíso.
El anonimato, el ocio, las deudas
atraviesan el sentido común.
Sobre los puentes es imposible esperar:
un pañuelo quiere dilatarse en el fondo.
Las capitales de occidente
pudieran recobrar su fetidez.
Si soñáramos a orillas del Ganges
sería una petulancia de la madrugada.
En América presiento, luego existo.
Reptiles por todas partes me obligan
a disentir de manchas en el cielo.
A través de las rendijas Kafka
conversa con el poeta que no figura
en una antología pedestre.
Brújulas y prostitutas al unísono:
un atajo para escalar resentimientos.
Mis pies recorren países.
Los días son borrones, oficinas, calabozos
reservorios de neuronas marchitándose.
Se recicla la basura de la basura.
Mis pies se aburren de sus noches contadas.
Podré ahora irme al otro lado del miedo.
Nadie me responde cuando pulso.
Hay un mago ahorcándose en la infancia.

UNA FOSA COMÚN

Imágenes que persisten
hacen deambular insomnios
arrastran documentos, el aire sucio
fotos de la república, el chirriar de niños
guitarras, cafetales, una fosa común
y el árbol del apátrida contoneándose.
Una casa es un barco que sobrevive
al peso del aire, a su cordaje:
herejías, pasatiempo y veleidades
imploraciones de mujeres que testifican.
La costumbre del mantel, el duende
que acicala su estatura en los estanques.
Una casa: bicicleta ascendiendo arcoiris
tiempo en que pudo haber esperanza.
Aquí comienzan los rencores, el delirio
de huir por el tufo de los terraplenes.
No se mueve la sombra del ahorcado.
Nadie puede escaparse del relente:
abecedario, los portones y las güiras guindando.
Cristo arrepentido muestra un dedo afilado.
Ábrete Sésamo, enséñame la verdadera fruta.
Los abuelos se han ido perdiendo.
Sólo hay un arma detrás de la puerta.
En primavera se deslindan gato y azotea.
Cómo podremos atravesar el relámpago
si apenas tenemos el sosiego de la mesa.
Una casa es una distancia repartida.
Ábrete boca, noche que se hunde sin noticias.
Dónde pondremos la memoria, emanaciones.
Casa que existe, entre péndulos:
la madera no se esconde en la travesía.

Alejandro Fonseca (Holguín, Cuba, 1954). Poeta. Ha publicado los libros de poesía: Bajo un cielo tan amplio (Holguín, 1986), Testigo de los días (Holguín, 1988), Juegos preferidos (Holguín, 1992), Advertencia a Francisco de Quevedo y otros poemas (Madrid, 1998), Anotaciones para un archivo (La Habana, 1999), Ínsula del cosmos (Miami, 2006) y La náusea en el espejo (Miami, 2009). Reside en Miami.

jueves, 25 de marzo de 2010

Armando Álvarez Bravo o la incorregible incorrección


Por Armando de Armas

La presentación de libros es casi siempre una actividad de compromiso, tediosa. Otras muchas veces es algo que se realiza para ganar puntos a costa del presentado, el presentador a costa del presentado. Esta vez en cambio, para mí, es un verdadero placer, pero sobre todo un verdadero honor. Quiero decir esta noche a los aquí presentes, a los lectores, amigos y familiares de Armando Álvarez Bravo: En ocasiones la cercanía nos impide apreciar las cosas, a las personas, la verdadera dimensión de las cosas y las personas, de las personas y sus obras, no se dejen engañar por la cercanía, la cercanía suele ser mala consejera, por eso en la antigüedad los hombres de poder, los reyes, tomaban distancia de sus súbditos y aún de sus consanguíneos, mirar al rey a la cara era terrible, era tabú, un tabú cuya violación pagaba con la vida el indiscreto y aún el distraído, superado ese tiempo la cercanía empezó a minar, distorsionar las relaciones entre los hombres, rectifico, entre el hombre marcado por la excepcionalidad, del poder o de las musas, dos formas de poder en definitiva, y el resto de los comunes mortales.

Álvarez Bravo es poeta, y un poeta según él mismo ha dicho es un hombre que quiere ser todos los hombres, pero, precisando, es un poeta coloquial, culto, aristocrático, diáfano, oscuro, reaccionario, pesimista, jubilar y mágico, sobre lo que abunda en su última entrega que presentamos hoy, Cuaderno de Campo, Ediciones Universal, Miami 2009, y también en una entrevista que me concediera para la página Web de Radio Martí. En el poema Explicación de dicho libro define, declara:

No hay más a este lado de la eternidad.
Sólo tengo un destino, una misión.
no es otra que asumir esta plenitud
con todos sus peros y todos sus dones.
Lo demás son, como nos enseñó Borges,
unas tiernas imprecisiones.

En ese orden definitorio me aseguraba en la mencionada entrevista: "La historia militar me fascina desde mi adolescencia y nunca he dejado de estudiarla. Hay una ilustre tradición de poetas y escritores que han sido militares. Un ejemplo al azar: Alfred de Vigny. Al terminar mi bachillerato no seguí la carrera militar, como uno de mis compañeros de estudio, porque no quería tener la menor participación en los institutos armados durante el régimen del general Batista. La toma del poder por el totalitarismo castrista hizo final mi decisión de renunciar a esa carrera. Algunos de los títulos de mis libros de poesía ─Relaciones, Juicio de residencia, Naufragios y comentarios y Cuaderno de campo─ tienen la resonancia de lo militar, sobre todo en lo que concierne a la época de la Conquista. El resto de mi vida no ha dejado de ser una incesante campaña que he sobrellevado y sobrellevo sin el apoyo de las distintas armas. Y sí, sigo creyendo que hubiera sido un buen militar".

Yo no sé si será casualidad o no (a estas alturas del juego no es que uno no crea en nada, como suelen decir, sino que por creer uno cree hasta en los cuentos de hadas), pero Armando, que es un nombre de origen germánico, significa duro, valiente, conductor de huestes: el que conduce las huestes al combate. Ese nombre, aseguran, dotaría al portador de una mente de pensamiento impaciente y receptivo, sensitivo y observador, en actividades que requieren de la versatilidad, la novedad y la curiosidad, haciéndolo exitoso en los campos de acción que tocan al sentimiento, al deseo de vivir y al de inquirir, contar sobre lo vivido, destacándose más bien como mente directora que como mano ejecutora, y podría sobresalir en profesiones como vendedor, psicólogo, investigador, detective, militar y escritor.

Pero lo cierto es que, eso, esa manera de pararse ante la vida, hace que Armando me recuerde a alguien ya casi olvidado, injustamente por supuesto, me refiero al ibérico del siglo XV Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, poeta y estadista, considerado por el historiador Hugh Thomas como el abuelo de la aristocracia castellana. Eso, esa manera de pararse ante la vida es lo que me ha hecho llamarlo como el incorregible incorrecto.

Porque, como decía hace poco a un amigo admirado de la valentía e incorrección del escritor norteamericano Gore Vidal por sus fieros ataques a George W. Bush, a la Iglesia y a Dios: para ello, querido amigo, en estos tiempos, bajo el espíritu de estos tiempos, no se requiere valentía alguna, incorrección alguna, por esos fieros ataques el señor Vidal no afrontaría ningún riesgo, excepto, claro, el de aumentar desmedidamente sus cuentas bancarias, valentía, incorrección se requiere para hablar bien de Bush, pertenecer a la Santa Iglesia Católica, proclamarse siervo de Dios y, sobre todo,para declararse anticastrista, peor, anticomunista, por ello sí se afronta un riesgo real, sobre todo si se es escritor, riesgo por cierto que como lo más natural del mundo, como ha de ser, ha afrontado, afronta Armando Álvarez Bravo.

Pero, nuestro poeta es incorrecto dentro de su propia incorrección, y no va a estar de acuerdo conmigo en esto, y me refiero a que, como su querido compadre José Lezama Lima, no es precisamente un católico ortodoxo y, más bien, a mi modo de ver, sería una suerte de gnóstico cristiano, inconscientemente quizá, alguien que pretende acercarse a Dios mediante la intuición y el conocimiento, como buen poeta, pero también como buen gnóstico, y me vienen a la mente ahora, allá por los primeros siglos del cristianismo, Simón Mago, Valentín, Basílides, Narcrón, Tertuliano, San Ambrosio, Clemente de Alejandría y Orígenes; pensadores que perciben y manejan en sus escritos la gran paradoja divina de Bien y Mal, de lo numinoso y oscuro como dos brazos del viejo Abraxas, Ánima Mundi, laborando en el adelanto del espíritu encerrado, aneblado en la materia. Paradoja que, en el caso de Armando, se maneja sino dentro de la divinidad, al menos sí, seguro, dentro del cosmos configurado, creado por la dicha divinidad. Veamos lo que nos dice en el poema La ética y el color del sombrero, del libro que presentamos:

Tengo
Un sobrero blanco
y uno negro
y los alterno
a mi aire.
La selección no me hace
ni bueno ni malo,
aunque quiera,
dependiendo
de cómo vengan
las cosas,
ser lo uno u lo otro


He sido bueno
llevando el sombrero negro
y, sin duda, malo
(quiera Dios que no demasiado)
con el sombrero blanco.


La demonización de ese dualismo magistralmente esbozado en el poema armandiano, estaría probablemente detrás de la gran tragedia de nuestra era. La tragedia de a priori, sin el justo y comedido balance ético, apostar por el dogma de que el fin nunca justifica los medios, pamplinas del buenismo tontorrón, pues la realidad, tan terca y contrarrevolucionaria, se encarga de demostrarnos que Bien es a veces Mal y Mal es a veces Bien. Muerte es Mal. Vida es Bien. Pero matar a un tirano es Bien. Sino que le pregunten a los cubanos, a los cubanos que han padecido por medio siglo la más feroz tiranía del Hemisferio Occidental. Los antiguos, tan sabios, lo entendían a la perfección. También Santo Tomas de Aquino, el Padre Juan de Mariana y el poeta Armando Álvarez Bravo.

A nuestro poeta se le ha acusado de pesimista, por este poemario y por otros, bueno se le ha acusado de muchas cosas, pero lo que nombran pesimismo no es más que un canto a la pérdida, a la muerte lenta que es toda vida. Pero también un canto desgarrado al paso del tiempo y, con el tiempo, claro, también la pérdida, el paso del tiempo como pérdida, como resta, como ejercicio eficaz de demolición. Lógico, quiero decir esperado, de un poeta que ha padecido la Historia, la Historia como la máxima de las catástrofes, como la máxima expresión de la modernidad, esa modernidad que hizo exclamar a Reinaldo Arenas recién escapado del mismo paraíso del que un día escapó Armando Álvarez Bravo: nosotros venimos del futuro, la misma modernidad que ha hecho decir a Milan Kundera que la única manera de ser modernos en el presente es ser antimodernos, tres escritores, tres fugitivos de ese parque temático de avanzada, avanzada de tambochas, que es el comunismo: ese subproducto de la modernidad.

Cuaderno de Campo es un libro abarcador de los temas que han obsesionado al poeta durante su existencia, un recuento, legajo notarial de la relación del poeta con su conciencia, con la supraconciencia, con Dios. Un libro donde, deudor de las crónicas de la Conquista, minuciosamente se detalla el adentramiento en la etapa del acabamiento: Es tiempo de tala. Van muriendo los amigos de siempre, cambia tenaz el paisaje y las gentes: hablamos otra lengua y quedamos más solos.

Al inicio decía a los aquí presentes esta noche, a los lectores, amigos y familiares de Armando Álvarez Bravo que en ocasiones la cercanía nos impide apreciar las cosas, a las personas, la verdadera dimensión de las cosas y las personas, de las personas y sus obras, y les pedía que no se dejen engañar por la cercanía, que la cercanía suele ser mala consejera. Esa cercanía tal vez les haya impedido ver, saber, saborear que han estado al lado de un hombre especial, de un gran poeta, de un grande de las letras cubanas. Esta noche es el momento de despejar, descorrer el velo de brumas de la cercanía y reconocer a este hombre que quiso ser todos los hombres en su verdadera valía, pero, sobre todo, el momento de agradecerle el haber estado en este tiempo, aquí para todos nosotros. Repito, esta noche, no mañana, no cuando sea demasiado tarde y el poeta, nuestro poeta, haya entrado escurriéndose sigiloso, con un puñado de versos apretados en el puño, por la puerta de lo que el mismo ha nombrado como el acabamiento final.

(Este texto fue leído por su autor en la presentación del poemario Cuaderno de campo, de Armando Alvarez Bravo, el 17 de marzo de 2010 en la casa Bacardí de la Universidad de Miami)


Armando de Armas. Escritor disidente cubano nacido en Santa Clara (1958). Licenciado en Filología por la Universidad Central de Las Villas. Fue preso político en Cuba. Ha publicado los libros de relato Mala jugada y Carga de caballería, así como el ensayo Mitos del anti-exilio, y la novela La tabla. Trabajos suyos han aparecido en diversas revistas, como Encuentro, Lettre Internacional, Fundación Hispano Cubana y Nexos. Un cuento suyo fue incluido en la antología Nuevos narradores cubanos, en Francia, y más recientemente en Cuentos desde Miami (Poliedro, 2004).

miércoles, 24 de marzo de 2010

La poesía tiene nombre de mujer


Cortesía de la página web del Centro Literario de la Florida

El Centro Literario de la Florida celebra el Mes de la Mujer con una muestra de lo mejor de la poesía contemporánea local. Cinco poetas de distintas nacionalidades, unidas por la sensibilidad y las letras. Rosie Inguanzo: Es escritora, actriz y directora. Ha editado Deseo de donde se era. Adriana Herrera: Sus ensayos han aparecido en libros como Yo quiero que haya mundo. Rubí Arana: Ha publicado tres poemarios: Emmanuel, In Nomine Filli y Homenaje a la tierra. Magnolia García: Ha publicado los cuadernos de poesía Confesiones de una sombra y Sueño y meditación de la esperanza. Marta Sepúlveda: Ha publicado Primeras prisiones, Menos mal no estoy y Por el revés somos de mentira.

Jueves, 25 de Marzo
8 p.m.
Books & Books
265 Aragón Avenue
Coral Gables, FL 33134

Editorial Iduna: Lezama Lima, introducción al laberinto


Foto: Cortesía de la página web de Ediciones Iduna

La conferencia: “Presencia y permanencia de la obra de José Lezama Lima” invita a la presentación del libro: “LEZAMA LIMA, introducción al laberinto”, del escritor cubano Roberto Méndez.

Lugar: Padilla's Cigar
1501 SW 8th Street
Miami, Fl
Fecha: Marzo 25/2010
Hora: 8.00 pm

lunes, 22 de marzo de 2010

Estreno EdItPar


Por Ignacio T. Granados

Hoy martes Ediciones Itinerantes Paradiso estrena en su videoteca La dignidad del creador, la entrevista a Armando Álvarez Bravo cuyo video fuera promocionado en Cuba Inglesa, y que forma parte de nuestras celebraciones por el centenario de José Lezama Lima.

Álvarez Bravo no necesita prácticamente presentación en nuestra comunidad, pero es bueno recordar su importancia como uno de los colaboradores más cercanos a ese mito de la literatura cubana que fue Lezama Lima. Escritor, crítico y poeta él mismo, con una trayectoria propia y suficiente, es además miembro de número de la Academia Cubana de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española y la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Tiene además numerosos libros publicados, y un panorama muy amplio sobre la cultura cubana, que conociendo de primera mano le sirve para enmarcar con precisión sus criterios sobre la misma. Ha sido un honor enorme y un placer trabajar con él, sobre todo en este proyecto específicamente. En la videoteca también encontrará la versión final de Fragmentos e imán, el video en que cuatro escritores cubanos de Miami exponen su propia experiencia con la figura y literatura de Lezama Lima.


Ignacio T. Granados Herrera(La Habana, Cuba, 1963). Ha publicado poemas en diversas revistas culturales de Cuba, Chile y Puerto Rico. En 1995 hizo votos como fraile en el Oratorio de San Agustín. Actualmente reside en Miami, donde ha desarrollado una amplia labor de escritor y editor, y donde dirige las ediciones Itinerantes Paradiso. También ha traducido diversas obras, entre ellas los complementos a Gaspar de la noche, de Eloysius Bertrand. Ha publicado La torre de marfil, un libro de ensayos(2004)y Diván de Lezama Lima(2008).

domingo, 21 de marzo de 2010

Fotos y apuntes de la tertulia


Rubí Arana


Aymara Aymerich


Ena Columbié


Susana Della Latta


Alejandra Ferraza


Marta Sepúlveda


Elena Tamargo












Por Joaquín Gálvez

Otras voces de la poesía femenina, en Miami, fueron las protagonistas en La Otra Esquina de las Palabras, en Café Demetrio, la noche del viernes 19 de marzo. Y digo otras, porque reconocemos la existencia de otras que no participaron en este evento y que, por méritos propios, también merecen la invitación. No obstante, las poetas (o poetisas) que estuvieron presentes no defraudaron la imposibilidad de reunir a todas, pues fueron dignas representantes de la poesía femenina en Miami.

Bajo el auspicio del cabalístico número siete –cantidad que resultó ser obra del azar-, siete poetas procedentes de diferentes nacionalidades latinoamericanas -algunas de ellas recién llegadas a esta ciudad-, le dieron un tono variopinto a esta tertulia. Ellas fueron, tres poetas cubanas, que apenas han establecido residencia en el sur floridano: Aymara Aymerich, Ena Columbié y Elena Tamargo; dos poetas argentinas: Susana Della Latta y Alejandra Ferraza; y sus colegas, la nicaragüense Rubí Arana y la colombiana Marta Sepúlveda.

Al cierre del evento, este interlocutor le formuló una pregunta a las participantes, que suscitó un interesante debate: ¿Todavía, en los tiempos que corren, existe una poesía que, por una serie de características, se pueda considerar poesía femenina? Rubí Arana opinó que ella escribe desde el alma, que, como mismo existe un Yin y un Yang, el acto creador no es ni masculino ni femenimo. Por su parte, Elena Tamargo, que no se considera feminista, declaró que su condición de mujer se refleja en su poesía. Mientras tanto, Ena Columbié reafirmó con sus palabras el talante femenino en su obra.

De este debate surgió otra pregunta relacionada con el nombre del oficio en las mujeres: ¿Cómo les gusta que las llamen poetas o poetisas? A esta pregunta, Elena Tamargo recordó que si a Dulce María Loynaz la hubieran llamado poeta, se hubiera ofendido, pues el calificativo de poetas a las mujeres es sólo una resultante del tiempo. Al final, los nombres resultaron ser insignificantes, según lo demostraron sus declaraciones. Algunas prefieren poeta, a otras no le molesta poetisa, por eso no nos sorprendió que se inventaran dos nombres: poetasa, por Aymara Aymerich, y putisa, por Rubí Arana. En resumidas cuentas, no importa cómo les llamen, ellas, al igual que los hombres (poetas), escriben poesía.

sábado, 20 de marzo de 2010

Zu Galería: Celebración del Día Internacional de la Poesía


El 21 de marzo se celebra el Día Internacional de la Poesía, día propuesto en el año 2001 por la UNESCO con la intención de rendir honores en todo el planeta a la lírica. El mundo convulsionado en el que vivimos necesita de una revalorización estética y de una inyección de espiritualidad que lo sacuda, y eso podemos lograrlo con el estudio y propagación de la poesía. Debido a esto Zu Galería los invita a sumarse al empeño universal de mejorar al hombre y a la cultura. También los invita a que nos reunamos en esa fecha con un manojo de buenos poetas para celebrar en grande la fiesta de la palabra.

Domingo, 21 de marzo a las 3pm

Zu Galeria Fine Arts
2248 SW 8th Street
Miami, Fl 33135
786-443-5872

Poetas Invitados

Aymara Aymerich, Maria Eugenia Caseiro, Ena Columbié,
Elena Iglesias, Rosie Inguanzo, Elena Montes de Oca, y
Elena Tamargo por parte de las damas.

Joaquín Badajoz, Alejandro Fonseca, Joaquín Gálvez,
Germán Guerra, Heriberto Hernández, Rolando Jorge,
Félix Lizárraga, Carlos Pintado, George Riverón, y Juan Carlos Valls,
por los caballeros.

Contaremos con la participación especial de la poeta
Odette Alonso Yodú que nos visita desde Mexico.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Tertulia del mes de marzo

La Otra Esquina de las Palabras anuncia su tertulia del mes de marzo:

Otras voces de la poesía femenina en Miami

Con la participación de poetas recien llegadas a esta ciudad y procedentes de diferentes nacionalidades latinoamericanas.


Lugar: Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
(305)448-4949
Viernes, 19 de marzo a las 7:30 p.m.

Poetas invitadas:


Rubí Arana. Poeta y promotora cultural. Nació en Masaya, Nicaragua en 1941. Realizó estudios de Arqueología en Mérida, Yucatán, México. Publicó por primera vez en 1962 en la revista universitaria Ventana (León, Nic.) y posteriormente en revistas y suplementos culturales en Nicaragua, México y la Florida. Actualmente coordina el Programa de Autores Nicaragüenses para tener presencia en la Feria Internacional del Libro de Miami el cual promueve desde 1992 cuando fue la primera poeta nicaragüense invitada. También es coordinadora del círculo de lectura y taller “Proyecto II” en Books & Books, Coral Gables. Ha publicado cuatro poemarios: Emmanuel, In nomine filii, Príncipe Rosacruz y Homenaje a la tierra.


Aymara Aymerich (Ciudad de La Habana, 1976). Poeta, narradora y periodista. Textos suyos han aparecido en varias antologías y publicaciones seriadas en Cuba, Latinoamérica y Europa. Entre otros, ha recibido los premios Calendario de Narrativa (1998) y David de Poesía (1999). En 2001 fue Ganadora Absoluta del Premio Internacional de Poesía Nosside Caribe. Ha publicado los poemarios in útero (Ediciones Unión, 2000) y El Cabaret de La Existencia (Letras Cubanas, 2003), así como los libros de cuento Deseos líquidos (Casa Editora Abril, 2000, en coautoría con Elvira Rodríguez Puerto) y Todas las mujeres se desnudan (Ediciones Unión, 2008). En colaboración con el escritor Edel Morales, presentó el catálogo de nuevos poetas cubanos Cuerpo sobre cuerpo sobre cuerpo (Letras Cubanas, 2000) y junto al pintor Moisés Finalé realizó el bolsilibro de viñetas Apuntes de teléfono (Ediciones Artecubano, 2005). Su obra ha sido traducida al inglés, el italiano y el sueco.


Ena Columbié(Guantánamo, Cuba)Poeta, ensayista, crítico, narradora y artista. Licenciada en Filología. Ha obtenido numerosos premios en crítica literaria y artística, cuento y poesía. Ha publicado los libros:Dos cuentos (Narrativa. Cuba 1987), El Exégeta (Crítica literaria. Cuba 1995), Ripios y Epigramas (Poesía Cuba 2001) y Ripios (Poesía. USA 2006) y en las antologías: Lenguas Recurrentes (1982), Lauros (Cuba 1989), Epigramas (Cuba 1994), Muestra Siglo XXI de la poesía en español (USA 2005), La Mujer Rota (México 2008). Una gran parte de su producción literaria está dispersa en revistas y periódicos de Cuba, España, México, Francia, Estados Unidos y en la Internet. Dirige la editorial, Ediciones EntreRíos. Ha colaborado como editora en la editorial La Araña pelúa de París y en las revistas LaPolymita, La Peregrina Magazine y Decir del Agua entre otras, así como en diversos proyectos privados independientes.


Susana Della Latta (Buenos Aires, 1955). Estudió Bellas Artes en Argentina especializándose en pintura e Historia del Arte. Radica en los Estados Unidos desde 1986, en donde extiende su disciplina artística como muralista, diseñadora textil y docente. Participa en diferentes talleres literarios. Traduce inglés/español. Actualmente tiene en imprenta su primer libro de relatos Ojo de Pez (Editorial Silueta). Con un libro de poesía Sin Alquimia -2006-2007- y otro de Relatos cortos Drupa y otros textos (cuadernos aún inéditos). Actualmente se encuentra completando su primera novela.


Alejandra Ferraza nació en Buenos Aires, Argentina. Estudió Arquitectura y Urbanismo en la Universidad de Buenos Aires. Aparece en la primera y segunda Antología de Poesía y Narrativa de Nuevo Milenio. Obtuvo menciones en el concurso de narrativa Liart International. Es cofundadora de proyecto Setra/Artes y subdirectora de la revista impresa Nagari.

Marta Sepúlveda (Bogotá, Colombia, 1957). Estudió la carrera de Derecho y actualmente vive y trabaja en Miami. Autora de los poemarios Primeras prisiones y Menos mal no estoy. Ganadora de varios reconocimientos internacionales en México, Argentina y España. En el 2006 fue invitada por la OEA a Washington D.C, a presentar con sus textos la obra de la fotógrafa y artista plástica ecuatoriana Katya Romero. Fue directora de la revista virtual EL tonto de la colina.


Elena Tamargo( La Habana, Cuba). Premio de Poesía de la Universidad de La Habana, 1984; Premio Nacional de Poesía “Julián del Casal”, de la UNEAC, 1987. Germanista y Filóloga; Doctora en Letras Modernas. Académica, ensayista y poeta. Traductora de la obra de F. Hölderlin. Entre sus libros de encuentran: Sobre un papel mis trenos, Habana tú, El caballo de la palabra, El año del alma, Poesía de la sombra de la memoria y Bolero, clave del corazón. Después de una estancia en Rusia y otra en México, ahora vive en Miami.

martes, 16 de marzo de 2010

Presentación de Cuaderno de campo, de Armando Álvarez Bravo



El instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos
de la Universidad de Miami y Ediciones Universal
tienen el placer de invitarlos a la presentación del libro
CUADERNO DE CAMPO
del poeta cubano
Armando Álvarez Bravo

La presentación a cargo de los escritores
Armando de Armas y José Prats Sariol

Lugar: Casa  Bacardí del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos
de la Universidad de Miami
1531 Brescia Avenue, Coral Gables
Fecha: Miércoles 17 de marzo,  de 7 a 9 de la noche

lunes, 15 de marzo de 2010

Un poema de Rolando Jorge



                                                            LACRIMONIA

      Siente recienvenidez, cuajarón, grosura: no fuma, no bebe espejo de búho, predica al goethe del lieder con soberbio oído. Almacenero de siete toques: ello no quiere decir apoteosis. Toque de pelagra en judicatura (envía leva de obreros al Yangtsé tribunal-pasarela); tiene hambre y empala: deux mondes. Toque de corneta. Necesita comer poeta ante los veinte años, ante hambruna del 93. Logia envía máquina de escribir a tribunal de suma importancia  montículo ceniza chippendale. Sombrero de exilio escurre navidades, tienen también hambre reflexión sur le suicide precisamente gavillada. [¿Qué harías tú, a quién no? Aguja color bota de vaquero, orégano de carro con hambre, “del infinito me encargo, de la ensenada del zen”. ¿Qué hace esa religión durante quinientos días?, ¿dice lo que fuese? O dice: Tira del lino del retrete, querido Omán.] Ponemos la nada en una ventana y se devora a sí misma. Bebe sin respirar.
                           ¿Qué hace
cuando ensaya en dormitorios del cuarto piso blues casi muertos? cuelga piel de castor, qué radical el muy mimo! Sostiene el ser cuerda de guitarra. Tísico llámase Aranguren. Igual a calle. A últimas va a iglesia con hermanos del bantustan /metido en lío por enfisema o himnario. Sabe a intestino. No debes afligirte por lo invisible, mañana se podará. Dos invisibilidades en uno, Josef, diezdeldía florece con líneas de hambre que gira sobre trébol orinedeperro (carroza a cinco sueldos). Cuando era niño hacía lo de niño. Él en raícillas, etnólogo. AlfonsosucasaenBahíacapuchadecascabel, estrelladealienados. (La ciudad sólo abre hacia la costa sus puertas de servicio). Nada para ver canónigos; van en brazos o a pie. Se oye pasto ministerial. Sienten afinidad con lentejas y judías (río de canónigos) al peso de las cívicas pistolas. Llama al viajero y ofrécele obra, ronda de inventos. Toma bosquecillo de enebro. Toma vestíbulo y oficinas. Cierta civilización fue (figurémonos que el centro del cielo y de la tierra es el punto señalado con una A, y el centro del agua excéntrica, el punto B). A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra, tejido de robos en cine o parque: cierta mémoire involontaire. Duda de lavabos la hizo caer. Exaltación en que escribe. Pasión urbana. Oye ollares de caballos del diluvio. Bebe sin respirar. Linda con becacinas. Escaura, Estancia de la Cantera: viven y pasan hambre. Firdusi el barítono. Alegre hacia Vieja Linda o Palo Verde. Guarda con nervios de acero dice tener cierta práctica, cierta ceguera. No desea oir metafísicas, ni fulgor, ni transparencia. Tierra del vendedor de fósforos: allí el tiempo. La idea en la idea del tiempo es una idea. Tal vez aparenta. Llega Klamm y hace mal. Idea del ferrocarril llega. Tribu influye en batelero. Oficio hediondo.

Rolando Jorge(San Antonio de los Baños, Cuba, 1955). Poeta y ensayista. Obtiene menciones en los concursos de poesía David y Julián del Casal(1985), en Cuba. Mención en el concurso Eugenio Florit, Miami 2002. Vive y trabaja en esta última ciudad desde 1999.

Zu Galería invita a su primera noche literaria en lengua inglesa

Clairvoyance and the Heartbreak of Seeing...

Zu Galeria Fine Arts invites you to our first English-language Literary Nights Series with writer Anjanette Delgado.
March 19, 8pm to 11pm


Zu Galeria Fine Arts
2248 SW 8th Street
Miami, Fl 33135
786-443-5872
http://www.zugaleria.blogspot.com/

March marks the celebration for International Women's Day.
We will be joining this global celebration by presenting...

Clairvoyance and the Heartbreak of Seeing

A night of poetry, photography and spirituality...

Anjanette will be reading her unpublished poetry, and exhibiting her photographs taken in her travels through various countries.

domingo, 14 de marzo de 2010

Carlos Pintado en Coloquio Cultural

NOCHE CULTURAL

El Centro de Recursos para el Aprendizaje del

Sistema Universitario Ana G. Méndez

inaugura su serie mensual

Coloquio Cultural

con la participación del poeta

Carlos Pintado

Día: 16 de marzo de 2010

Hora: 6:30 p.m.

Lugar:

Sistema Universitario Ana G. Méndez

Centro de Recursos para el Aprendizaje

Miramar Park of Commerce

3520 Enterprise Way

Miramar, Fl 33025

Teléfono: 954-885-5595 Ex. 8511

www.suagm.edu/florida

Carlos Pintado (Cuba, 1974). Poeta y escritor. Recibió el Premio Internacional de Poesía Sant Jordi en 2006 por su libro Autorretrato en azul. Colabora con la revista VOGUE. Actualmente el South Beach Music Ensemble y el conjunto de música de cámara "CONTINUUM" de NewYork se han inspirado en sus poemas para sus composiciones.

viernes, 12 de marzo de 2010

El Borges de María Kodama


Por Adriana Herrera

De ese escritor inmortal que es Jorge Luis Borges –y del libro infinito con el que siempre soñó, quizás sin comprender que él mismo era su creador- nos parece que lo sabemos todo. Su fascinación por los relojes de arena, los mapas, los laberintos, la tipografía del siglo XVIII, la circularidad del tiempo, el preciso azar, los senderos que se bifurcan, el relato poderoso del instante en que un hombre se convierte en otro, las sagas islandesas, las mitologías del arrabal, y en suma, la inagotable maravilla que le permitió emprender la tarea de escribir las más perdurables enumeraciones del mundo.
Pero del otro Borges, del íntimo e inaccesible que se imaginaba destinado a perderse; del que se reconocía más “en el laborioso rasgueo de una guitarra” que en sus libros; del Borges que debió divertirse como un niño con la magnífica burla intelectual había ingeniado en el cuento Pierre Menard, autor del Quijote, donde los teóricos ven la clave de la posmodernidad; del Borges de humor irónico, de sus bromas o caprichos, poco o nada sabemos. El único rastro que tenemos de ese otro Borges, es el de ese hilo de la memoria que sostiene María Kodama desde la tarde de junio de 1986, en que murió en Ginebra, la ciudad de sus antepasados, a donde se refugió cuando en medio de una travesía, sintió que también él iba a morir “como murieron las rosas y Aristóteles”.
La precoz niña de ascendencia uruguayo-japonesa que antes de cumplir diez años escuchó sobrecogida a la maestra de inglés que le leyó las líneas finales de Two English Poems, quizás el más bello de sus escasos poemas de amor, en donde Borges ofrece a una mujer su soledad, su oscuridad, “el hambre de su corazón”, e intenta sobornarla con su incertidumbre, con su extravío y su derrota, compartió con él un destino extraordinario.
Lo conoció en 1953, a los 16 años, cuando se convirtió en su alumna de literatura inglesa, sin adivinar que un día, su propia voz de mujer –semejante a un tenue rumor de agua- sería para un Borges casi ciego el único sendero de regreso a las páginas de R.H. Blyth sobre el zen en la literatura inglesa o en don Quijote, y a los inagotables pasadizos de la infinita biblioteca que fue uno de sus universos.
María Kodama fue su Beatriz y su Virgilio en los paraísos e infiernos de los libros, y fue también la guía de este último Homero en las ruinas del laberinto del Minotauro. “María y yo –escribió Borges- nos perdimos en aquella mañana y seguimos perdido en el tiempo, ese otro laberinto”. Por eso las fechas son imprecisas en las fotografías donde quedó un registro luminoso de la suma innumerable de los lugares del mundo a donde viajaron juntos.
En las paredes de ARTeria, donde se exhiben numerosas fotografías de ese álbum de viajes único en la muestra Atlas de Borges -que se trajo a Ciudad de México con el apoyo del Ministerio de Cultura de Buenos Aires y de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges- hay dos textos escritos por él que parecen contradecirse y sin embargo ofrecen una clave secreta de su relación. El primero dice: “No se requieren fechas ni nombres propios. Basta lo que inmediatamente sentimos, como si se tratara de una música”. El segundo en cambio evoca: “Yo pronuncio ahora su nombre, María Kodama. Cuántas mañanas, cuántos mares, cuántos jardines del Oriente y del Occidente, cuánto Virgilio”.
Hay otra contradicción aparente que se disuelve en este Atlas: frente a la sombría declaración del poema Remordimiento: “He cometido el peor de los pecados: no he sido feliz”; surge la imagen del Borges a quien ni la vista nublada, ni la torpeza del bastón le impiden una intensa comunión con la felicidad. En algún lugar del África, sus dedos tocan con avidez una Yamaha eléctrica (amaba a Pink Floyd y a los Beatles, además del jazz y los viejos tangos); en Pekin, asiste a la ópera; posa muy erguido junto a un caballito blanco de carrusel; se expone al viento en un viaje en globo; recorre extasiado templos budista y jardines japoneses “donde el agua y la piedra, no importan menos que la hierba”; se disfraza con la máscara de un rostro felino; y se retrata en cada lugar deja constancia de que “para no ver no es imprescindible estar ciego o cerrar los ojos”. Él ve porque está abierto al misterio inagotable de la tierra y sus limitaciones no le impiden el insaciable placer de la curiosidad. Así prueba incontables veces “el sabor misterioso de la dicha”. Es ante todo la memoria de ese sabor lo que María Kodama quiso evocar en El Atlas de Borges que la trajo a Ciudad de México, a donde llegó para la inauguración, como su propia forma de constancia de que el largo viaje que emprendieron juntos no ha terminado.

En esa imagen de la brioche que usted le compró a Borges en una panadería en París, él ve el arquetipo de esa golosina. ¿En qué momento dejó de ser su discípula para convertirse en otra buscadora de arquetipos?
Desde chica tenía también esa pasión de descubrir cosas, y esa curiosidad era justamente una de las cosas que hacía nuestra conversación riquísima. Nos divertíamos haciendo discusiones al estilo medieval donde se pone un argumento y hay que decir todas las cosas a favor para luego cambiar de posición. Creo que uno puede lograr algo tan especial cuando uno el alma está abierta a la pasión, que no es sólo la del amor, sino la pasión intelectual, la inagotable curiosidad por el mundo.

¿Tardó mucho en darse cuenta de que estaba enamorada de Borges?

No. Fue en un momento como el que usted puede haber vivido. El primer tema que me dedica con mi nombre es aquél que se titula la luna y que termina diciendo: “Mírala. Es tu espejo”. Él amaba ese misterio de la luna que asociaba conmigo.

¿Ya sabía usted que lo amaba cuando él se casó con Elsa Astete?
Nosotros teníamos una relación antes. Yo no quería casarme. Sucedió algo semejante a la historia de Sens and Sensibility, de Austen. Cuando vi el film recordé esa situación y me reí muchísimo, y me decía ¿por qué me rio de algo que fue terrible? Me reía de lo que fue nuestra situación: él pensaba que yo me casaba y entonces fue él quien se casó. En algún momento contaré esa historia.… Ella no era en absoluto una mala persona, aunque del mismo modo en que me atacaron a mí, la atacaban a ella. No era justo. Lo que pasa es que eran dos universos distintos. Ella hacía todo lo que una señora normal hace para encantar a su marido, pero en ese caso el marido era una persona con una imaginación desbordante que amaba la lectura. Cuando Borges me decía, “Casémonos” yo le decía que no era posible: yo no sé cocinar, no iba a ser madre tampoco. Ella era una persona normal, tradicional; yo no. Y tampoco él. Así que ese matrimonio fue una cosa realmente pasajera. Pero incluso en ese tiempo nos veíamos todos los días. Y yo era la única mujer a la ella le permitía la entrada a la casa.

¿Va a escribir alguna vez su historia de amor con Borges o morirá sin haberlo hecho?
Yo pienso vivir como los japoneses, cuyo término de vida es de 110 años. Así que calcule todo el tiempo que tengo para esa aventura que es la vida y que es la escritura.

Hay una fotografía en Japón donde ambos comtemplan un caldero con humo. ¿Dónde la tomaron?
Fue antes de entrar a un templo Senjoji en Asacusa. Fuimos junto al Japón y recorrimos varios lugares muy interesantes. Fue un viaje en que descubrí muchas cosas de mí misma. Compartíamos además la pasión por el Haikú y a Borges le interesaba el Bushido de los antiguos samuráis y veíamos representaciones de teatro. Él decía que era único país civilizado que quedaba en el mundo porque allí no había nada impuesto, ninguna agenda. Cada día le preguntaban qué quería hacer. Lo mimaron horriblemente y yo le decía: “No es que sea un país civilizado; es que lo malcrían”.

Hay una imagen en que ambos están sentados sobre una roca y usted juega a ponerle sobre la cabeza una rama florecida que en otra foto él llevaba en la mano. ¿Cómo fue ese instante?
Eso fue en Italia. Vimos un laurel y no recuerdo quién le hizo una broma con el laurel y él decía que no estaría mal obtenerlo porque siendo así entonces podríamos viajar mucho. Entonces yo le decía (mientras le ponía la rama sobre la cabeza) “No importa, Borges, ahora va a ser el poeta laureado. Nos divertimos mucho”.

Se extraviaron en el laberinto de Creta…
Sí, porque a él se le ocurría andar solo y además nos dejaban ir en otros momentos que no eran los de los demás turistas. Eso era muy lindo por una parte y por otra generaba un poco de angustia. A él le encantó perderse un rato y además se sentó, muy feliz, en lo que pudo haber sido el trono de Minos. Él adoraba Grecia.

Escribió un texto bellísimo en el que dice que nuestro hermoso deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo, aunque el tiempo lo haya borrado. Imagino que viajaban como retornando a otros tiempos.
Sí, sí. Realmente todo se muerde la cola. El tiempo es también la experiencia de saber que va a quedar con nosotros lo que tiene que quedar y va a partir lo que tiene que partir aunque no deseemos que parta y saber eso también permite pronunciar el nombre de la felicidad en el instante.

¿En qué lugar fueron particularmente felices?
Pienso en cuando nos encontramos en Islandia al fin. Habíamos empezado a estudiar el islandés cuando yo tenía 20 años, no lo sé, porque primero vino toda la historia del mundo anglosajón. Él me decía: “Tenemos que aprender islandés, porque es el latín del norte”, así que lo estudiamos y luego hicimos un pequeño libro traduciendo los antiguos mitos. Y hubo un azar único y es que había entonces un islandés que quería reinstalar en Islandia el culto de Odín –tuvimos un gato que se llamaba así- y en cuanto Borges se entera me dice inmediatamente que tenemos que ir a verlo. Y entonces nos llevaron y el hombre hizo un rito inventado por él, una ceremonia de casamiento del que no quedaron registros, pero que fue una cosa maravillosa. Eso fue en los setenta, después de su divorcio, ya no recuerdo, porque vivir de ese modo incluye no fijar fechas para no cortar el flujo de ese caudal en el que no miras si es lo pasado o lo presente.

Además de ese silencio sobre el tema de Dios, expuesto en Argumento Ornitológico, hay algunos pocos poemas en los cuales Borges afirma su existencia.
Ambos éramos agnósticos, pero él me decía de todas las religiones la más lógica era la que contemplaba la reencarnación. Entonces, jugando, me decía: Comprometamos a que vamos a reencontrarnos si existe”. Y yo me reía y le decía: “Sí, claro, por supuesto; pero voy a serle sincera: en la próxima vida seré científica”. Y él, agarrándose la cabeza me decía: “No me diga eso”. Y yo le respondía: “Usted, como Espinosa, quiere perdurar en su ser, usted quiere volver a ser escritor”, y él me decía: “Por supuesto. Y usted, ¿quiere ser científica?”. Yo lo pensaba seriamente porque la ciencia es la materialización de la imaginación al servicio de los demás. A él le fascinaba la ciencia, pero para transformarla en literatura.

También el humor es una manera borgiana de estar en el mundo
Claro. Borges era una persona irónica, pero sabía divertirse y le gustaba hacerlo.

Hay una fotografía preciosa en la que está su silueta en un umbral y el extiende el bastón al otro lado y éste tiene un halo de luz. ¿Dónde la tomó?
Oh, sí, Borges está subiendo esa escalera que hay en Ginebra que comunica la ciudad nueva con la ciudad antigua. Le encantaba ascenderla porque era una escalera entre dos ciudades y yo le tomé la foto en el momento en que estaba saliendo al otro lado.

¿Recuerda algún relato que surgiera en medio de sus viajes?
Hay uno que es muy extraño. Estábamos en Estados Unidos y se despertó una mañana y me dijo que por favor le copiara un poema que quería escribir. Entonces me dictó ese poema que tiene un título en alemán, Ein Traum, que significa “Un sueño”. Él vivía corrigiendo interminablemente todo y en determinado momento me di cuenta de que ese poema no lo había corregido nunca. Fue muy divertido porque entonces le pregunto si considera que es un poema perfecto y él me dice que no, que no lo considera perfecto, pero que no puede corregirlo porque ese poema le había sido dictado por Kafka en el sueño, así que hasta que Kafka no le ordene cambiar algo, él no puede tocar ni una letra.
Esta entrevista se publicó originalmente en la revista Poder.


Adriana Herrera (Bogotá, Colombia). Escritora de arte y literatura. Se desempeña en la sección de Artes y Letras de El Nuevo Herald y colabora para diferentes publicaciones de Estados Unidos, Europa y América Latina. Cursó estudios graduados en Ciencias de la Comunicación y estudió paralelamente filosofía, además de cursos de especialización en arte y literatura. En la actualidad se encuentra realizando la tesis doctoral en Literatura Hispanoamericana en la Universidad Internacional de la Florida.