sábado, 29 de junio de 2013

Un poema de Joaquín Gálvez


 
 
 Hábitat

My City, my beloved, my white! Ah, slender,

Listen! Listen to me, and I will breathe into thee a soul.

Ezra Pound

He says again, "Good fences make good neighbors."

Robert Frost

 

I

La noticia de última hora no es una esquina

donde la noche cancela su anonimato.

Ni la luna que baja hasta los condominios

ha encontrado un ojo para iniciar la leyenda.

 

Ezra Pound no tuvo el corazón sitiado por un iPod

en el momento en que la música es un abismo,

y el silencio no se avergüenza de ser

                                               un escándalo mayor.

 

II

Mi vecino ha levantado una cerca

para que no me tropiece con sus palabras,

para que no me llegue de soslayo la fisura que distingue a su alma.

 

―Hello, sir.

(A prudencial distancia…

“Don’t cross the line!”)

 

Mi vecino ha levantado una cerca

para que no se funde un nido cuando se crucen nuestros pasos.

 

Le teme a la estación con que puedo entrar en su casa.

¡Ni un pie adentro…!

Para que nunca meta las narices en su cabeza.

 

Una cerca se interpone entre su alegría y la mía,

                                   entre su tristeza y la mía.

 

Seremos muy buenos vecinos, Mister Frost,

entre nosotros nunca se levantará la vida.


Poema perteneciente al libro inédito Hábitat, de próxima aparición





miércoles, 26 de junio de 2013

Este viernes, encuentro con la poeta Reina María Rodríguez en La Otra Esquina de las Palabras




La Otra Esquina de las Palabras invita a un encuentro con la poeta cubana Reina María Rodríguez.
 

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949

Viernes, 28 de junio-7:00 p.m.

 
Reina María Rodríguez (La Habana, 1952). Licenciada en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de La Habana, es sin lugar a dudas una de las figuras más importantes de la poesía cubana actual. Trabajó como redactora de programas radiales y dirigió la sección de Literatura de la Asociación Hermanos Saíz. Ha publicado en revistas de América y Europa, y su obra ha sido traducida a varias lenguas. Ha sido galardonada con el premio de poesía "Julián del Casal" de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba  en los años 1980 y 1993, con el premio "Revista Plural" de México en 1992, y con el premio "Casa de las Américas" en 1984 y 1998. Además, en 1999, recibió la "Orden de Artes y Letras de Francia". Su obra publicada la integran: Cuando una mujer no duerme en 1980, Para un cordero blanco en 1984, En la arena de Padua en 1991, Páramos en 1993, Travelling en 1995, La foto del invernadero en 1998,  y Te daré de comer como a los pájaros…" en el año 2000. Dirige en La Habana el proyecto cultural Casa de Letras y es editora de la revista Azoteas.

Poética de la diferencia y desespiritualización




Por Ángel Velázquez Callejas
 

Uno de los aspectos que constituye a las culturas como una "orden", como una "ascesis",  es que fuera de ellas, como una diferenciación ética, también se crean espacios (lenguajes) alternativos. En mi artículo Cuba como orden cultural había afirmado que este proceso de la "orden", o de expresar un lenguaje, se lleva a cabo mediante la "secesión espiritual". Son determinados sujetos espiritualizados los que reconstruyen la imagen de la "orilla", esa a la que se refería Heidegger sobre la imagen del mundo en su devenir como nuevo lugar de residencia.
En ese artículo decíamos además que no había más sentido lógico en cualquier ascesis espiritualizada que obtener una inmunización simbólica cultural. Salir de la corriente de lo establecido y fijar una residencia en las márgenes del río de la orden es un hecho que dentro de la cultura cubana se ha vuelto irrevocable y común. Tantas personas en Cuba se bañan hoy en el río de la vida metaforizado por Heráclito que una sola vez es suficiente para salir de sus aguas santificado, con la fuerza necesaria para evadir "la orden" y crear una propia. Cuando se ha dicho que determinado lenguaje textual ayuda a inmunizar “la casa del ser” se ha probado la tesis de que el hombre dentro de las culturas es un ente para el ejercicio simbólico. Por tanto, todo intento de crear espacios fuera de los lineamientos del discurso nacional y político en Cuba está reforzado por un sentimiento espiritual universalista, que al mismo tiempo sistematizará una regla susceptible de ser considerada como campaña contra lo ordinario y lo establecido.

"Esa incertidumbre del temblor donde cruje la madera / y la realidad distorsiona y parte en dos lenguajes / fue la que siempre quisimos y faltó" (La foto del invernadero, Reina María Rodríguez).

 Ya lo había presagiado el poeta y ensayista Hugo Ball, el dadaísta indolente, en su Zur Kritik der deutschen Intelligenz (Para una crítica de la intelectualidad alemana), después de haber escrito el Manifiesto de la velada Dada en 1916: "en Europa falta, como en todas partes, un contraproyecto de orden superior a las culturas de los nacionalismos y las ideologías artísticas que los representan". Años después, en Die Flucht aus der Zeit (El vuelo de la hora, Diario), fue directo y dijo: "hoy el hombre aguarda por un hecho heroico de providencia antigua, que es el posible desplazamiento hacia la improbable. El hombre no necesita ser más un monje, sino un ciudadano, un artista como los acróbatas circenses”.  Con estas palabras de Ball, me permito introducirme en el fenómeno de "la poética de lo cubano" como si fuera ella una simple envoltura oculta que lleva el monje (el ser espiritualizado) en su interior para él mismo y la orden que representa. Una poética que carga con el espacio y en la que algo va faltando, como bien expresa simbólicamente el verso arriba citado de Reina María Rodríguez. Una poética que viene a corroborar, además, que todo intento historiográfico por elaborar la crítica al nacionalismo intelectual cubano arrastrará esa falta con la cual Ball se introdujo en el fenómeno del nacionalismo europeo. Se trata de una poética sobre "la desespiritualización de la cultura como una orden".

En todos los aspectos de la cultura en la que el nacionalismo cubano se ha visto ocupado a lo largo de su historia, se echa en falta la "poética del espacio desespiritualizado". Max Scheler, en El puesto del hombre en el cosmos, le atribuye a esa falta el hecho de que los hombres no valoran su voluntad como un fenómeno propedéutico en función de colegir una posible "psicología sobre las alturas". Nadie en el mundo y menos en Cuba, por este propósito iniciático, quiere mirar hacia arriba, al cielo, a descodificar el espacio de las alturas reflejado en aquella frase con que Martí concluye el célebre ensayo sobre El poema del Niágara, "están todos los hombres de pie sobre la tierra, apretados los labios, desnudo el pecho bravo y vuelto el puño al cielo, demandando a la vida su secreto", que fue  absorbido y eliminado aparentemente por el terrenal espacio de la ideología del nacionalismo. Como en la sicología de Mijaíl Barýshnikov, un bailarín único que estuvo luchando durante toda su vida por solventar una falta, la baja estatura para papeles como Sigfrido, el héroe de El lago de los cisnes.

Lo que Reina María impregna con su dolor, a partir del verso citado, no son los acostumbrados reacomodos que se precipitan a un estatus de sobrevivencia, que intentan el paralelismo, disuasivo, de los quehaceres de la cotidianeidad y buscan identificarse con esa cierta reparación, de grado virulento, a que ha sido sometida la individualidad humana en espacios restringidos. Por el contrario, lo que vemos oculto detrás de "esa incertidumbre del temblor donde cruje la madera y la realidad distorsiona y parte en dos lenguajes” no es más que la necesidad de una nueva y radical ascesis sobre el lenguaje desespiritualizado de la cultura. Se trata de una "poética del espacio en suspensión" que busca en otra parte, fuera de los espacios físicos, ciertas realidades comunes que no llegan a cuajar. ¿En qué consiste este espacio poético que se visualiza, según Scheler, en plena suspensión? ¿Cuáles son sus reglas y motivaciones? ¿Por qué eso de la suspensión, si los seres poéticos se hayan sujetos a la tierra por gravitación? ¿Qué lenguajes le son asignados a estos espacios? ¿A qué puede contribuir el hombre que trata de trasgredir el espacio físico y espiritual mediante un ejercicio escritural lacónico?


Desde luego, no me estoy refiriendo a través de estas preguntas a los espacios poéticos que se definen por las diferencias, como intente expresar antes. Es decir, a determinados lenguajes de la poesía contemporánea que tratan de reeditarse y rescribirse, como propone Jacques Derrida, basados en los goznes de la vida y tapiando los espacios anteriores. Por el contrario, a partir de aquí me estoy representando "la altura” no antes considerada en la metafísica de las culturas latinoamericanas. Aquellos espacios en que los hombres pueden imaginar, parafraseando a Nietzsche, un mundo "para nadie y para todos". Una imposición voluntaria del arte por la onerosa posibilidad del nacimiento de un creador (en espacios en que los hombre comunes se hayan separados por los grandes artistas, los primeros mirando a los segundos desde abajo, como espectadores del arte del llamado circo de los atrevidos y los funámbulos, o como lo refiere la enigmática canción de Led Zeppelin, Stairway to Heaven).

Solo en este sentido el arte debería estar vivo y el artista muerto. La frase, tomada del libro Así habla Zaratustra, implica que miremos de cerca la verticalidad (no la horizontalidad o la espiritualidad universalista) del impulso y la voluntad poética para ascender y asegurarnos un puesto en el lugar moral, por antonomasia, donde solo caben los "dispuestos poéticos". Esos que se divierten, gozan y se vituperan ejercitando escritura y reescritura con el fin voluptuoso de conocerse a sí mismos como creadores de hombres simbólicos, a la manera en que Barýshnikov puede elevarse desde su pies. Ahora ya no son los "sujetos", sino los "dispuestos", los que han de viajar lejos en el espacio o caminar por esa escalera para conseguir el cielo en función de superarse a sí mismos y dejar atrás por completo el arrastre de la metafísica de las ideologías nacionalistas. Esta "poética de la disposición", en la cual el sujeto poético queda abolido, es el lugar, o espacio vertical, que constituye una ascesis para ejercitar la vida desprovista de toda espiritualidad. El materialismo de la desespiritualización sugerido por la crítica de Nietzsche, no es más que el espacio de la suspensión.

Lo que tratamos de edificar con esta nueva espacialidad es la erección como límite imaginario, para separarnos tajantemente de la espiritualización de los espacios reales. Y es que mediante estos últimos han entrado a jugar un papel preponderante las metafísicas y las teleologías que devienen en espacios estrictamente propensos para la elaboración de discursos ideológicos, nacionales y totalitarios.

Por eso, en cierto sentido, hay motivos más que suficientes que se verifican en una supuesta "poética de exilio" que permite comulgar abiertamente --sin correcciones-- con los filisteos "espirituales" de una "poética de la diferencia", cuyos preceptos son anti-convencionales y metapoéticos. Estos preceptos han sido motivo esencial para que dicha poética lleve librando, hace más de tres décadas, una batalla estética dentro de la isla. Decir que se ha producido un acatamiento de la "poética de exilio" a la "poética de la diferencia" es incorrecto. Lo que se revela como diferencia es más bien una continuidad, que subyace en una corriente oculta, espiritualizada, moviendo la cultura cubana un cuerpo único dentro y fuera de la isla durante un siglo.

A los de acá, los exiliados de Miami o cualquier otra ciudad, que constituyen un grupo espiritualizado, inadaptado, que no puede librar una batalla poética desde sí mismo, les resulta imposible aprovechar el apogeo del "nuevo espacio laico" proporcionado por la postmodernidad, máxime cuando se vive alejado, geográficamente hablando, del útero poético nacionalista. Este último, desde luego, desconoce por entero la posibilidad poética del "astro ascético insular".

A falta de esta última visión neoevangélica, que ha sido diseñada en otros lugares por poetas neorrenacentistas desespiritualizados (Nietzsche, Rilke, Pessoa), se produce el pathos por el cual los inadaptados fuera de la isla se han visto obligados a aceptar el ditirambo de un sujeto poético espiritualizado, que en Cuba ha logrado "ubicarse afuera", en las márgenes residuales del espacio que constituye las áreas proteicas de una poética dominante desde el gran invernadero: “El Palacio de las Convenciones".

Lo que se produce como ruptura poética en Cuba, por los llamados neo-origenistas en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado, no es una Revolución Espiritual (entiéndase esta en el sentido que Nietzsche le asigna al impulso creativo de un espacio hacia adelante), sino una vuelta atrás, al renacimiento espiritual de lo individual en contraste con una política poética colectivista.

Por estos días nos visita una de las más insignes representantes de esa "poética de la diferencia", o "de la renuncia". O, en palabras de Schopenhauer, de la "no-representación" de la realidad cubana revolucionaria: Reina María Rodríguez. Usando una arriesgada metáfora, ella es como un puente espiritualizado de la poética cubana actual por donde todos, simbólicamente, caminamos para transgredir las fronteras geográficas entre el útero nacionalista cubano y las afueras del exilio. Ella representa el viejo dilema ascetológico de los poetas que buscan una escritura del cuerpo para refrendar la melancolía y la angustia del sujeto poético espiritualizado. Y esto es, aun cuando la de Reina María es una poética de vanguardia dentro y fuera de Cuba, estar lejos todavía de la realidad. Restablecer un lenguaje en base a otro establecido constituye una desconstrucción del discurso poético para desenmascarar, pero no precisamente para crear.

En Cuba existe un objeto poético que pide a gritos su pronta e insoslayable intervención: se trata de la desespiritualización del discurso nacionalista. Los poetas deben estar atentos al mandato moral hoy en Cuba: ¿Por qué seguir con el mandato “La poesía en lo cubano”? Hay que trasgredir este valor espiritual por aquel que se hace evidente: el cuerpo poético de la cultura cubana ha sufrido una transmutación. Y es que sin saberlo los poetas, los soñadores como Reina María, no están produciendo un cuerpo escritural: están produciendo objetos que vislumbran la ascesis poética, la materialidad del ser poético hecha realidad

Cortesia: Neo Club Press



La poeta cubana Reina María Rodríguez se presentará este viernes en la tertulia La Otra Esquina de las Palabras. Café Demetrio, 300 Alhambra Circle, Coral Gables. Hora: 7:00 p.m.

 

lunes, 24 de junio de 2013

Nuevo número de Linden Lane Magazine

 



Acaba de salir de imprenta el nuevo número de Linden Lane Magazine. Ha quedado precioso, y lo digo con mucha satisfacción, porque la batalla ha sido dura. Estuve dos días sin dormir debido a los problemas que se presentaron al final para poder imprimirlo en PDF y enviarlo a la imprenta. Y eso no fue todo. Pero la batalla ha sido ganada y gracias a Dios, aquí está.

Cuando cada tres meses les hago el mismo ruego, casi súplica ( que por desgracia cae en saco roto), para que compren el magazine o se subscriban, no pueden ustedes sospechar ni por un instante lo que significa hacer todo esto sin recursos económicos, con un par de computadoras que deben tener por lo menos la edad de Matusalen, y horas y horas de intensa labor. Ahora mismo, cuando escribo esto, una de las computadoras, y precisamente donde realizo el diseño, acaba de romperse y estoy esperando que el técnico venga esta tarde a ver si se puede salvar todo lo que hay dentro (un mundo!!). Y esta está más lenta que una jicotea. No exagero. Llevo más de tres horas intentando enviar este email.

Este número, que ha sido ilustrado por los cubanos Maria Sonia Martin, Luis Pardini, y Belkis Cuza Malé, incluye también las valiosas colaboraciones de:

Enrique del Risco, Maya Islas, Juan Cueto-Roig, Nedda G. Anhalt, Ihosvany Hernández González, Guillermo Arango, José Abreu Felippe, René Dayre Abella, Jesús Angulo (In Memorian Enrique Ros). Efraín Bartolomé, Manuel C. Díaz y Diana Álvarez Amell.

Una vez más, les suplico tengan a bien colaborar con el proyecto de Linden Lane Magazine. Creo que 32 años sirviendo a la literatura y el arte de los cubanos todos, pero especialmente de los que nos encontramos viviendo fuera de la Isla, es razón de peso para que donen la módica cantidad de $15.00 por el envío de un ejemplar. Si desean adquirir éste, por favor enviar cheque o money order a nombre de Linden Lane Magaine por la cantidad, repito, de $15 (franqueo incluido) a:

Linden Lane Magazine

P.O. Box 101582

Fort Worth TEXAS, 76185-1582

O si lo prefieren, entren al enlace que aparece aquí y cómprenlo directamente en la imprenta, utilizando sus tarjetas de crédito. Es fácil, pero para los que no sepan o quieran está la primera opción.

Aquí, no obstante les pongo el PDF, un regalo que les hago en el nombre del Señor Jesucristo, para que puedan admirar la obra de sus artistas y escritores. Y porque siento vergüenza ajena de ver lo poco colaboradores que somos los unos con los otros. Y ya no estoy hablando de esos 6,000 millonarios cubanos de Miami (con ellos nunca he contado), sino de los intelectuales y lectores cubanos de este enorme exilio. !!!!Tan exilio!!!! Muchos esperando nada más que les guiñen un ojo en La Habana para correr a publicar allá y hacer trabajo voluntario en la UNEAC, esperando porque sus obras las presenten en el castillo de Drácula, la monstruosa fortaleza de La Cabaña.

Gracias y bendiciones a todos, colaboradores y lectores.

Belkis Cuza Malé

 

sábado, 22 de junio de 2013

viernes, 21 de junio de 2013

jueves, 20 de junio de 2013

Este viernes, Encuentro en La Casona con Juan Manuel Salvat


ENCUENTRO EN LA CASONA

Encuentro en La Casona, la tertulia del tercer viernes de cada mes, anuncia su jornada del mes de junio con el editor JUAN MANUEL SALVAT.

El programa Encuentro en La Casona, conducido por el escritor y periodista Luis de la Paz, es una producción del Creation Art Center, organización que preside el Pedro Pablo Peña, director general del Miami Hispanic Cultural Arts Center.

Encuentro en La Casona tendrá su próxima actividad el viernes 21 de junio, de 8 a 10 de la noche, en el 111 SW 5ta. Avenida, con la participación del reconocido editor y empresario JUAN MANUEL SALVAT. Más información en el (305) 549-7711.

miércoles, 19 de junio de 2013

Encuentro con la poeta cubana Reina María Rodríguez en La Otra Esquina de las Palabras




La Otra Esquina de las Palabras invita a un encuentro con la poeta cubana Reina María Rodríguez.
 

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949

Viernes, 28 de junio-7:00 p.m.

 
Reina María Rodríguez (La Habana, 1952). Licenciada en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de La Habana, es sin lugar a dudas una de las figuras más importantes de la poesía cubana actual. Trabajó como redactora de programas radiales y dirigió la sección de Literatura de la Asociación Hermanos Saíz. Ha publicado en revistas de América y Europa, y su obra ha sido traducida a varias lenguas. Ha sido galardonada con el premio de poesía "Julián del Casal" de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba  en los años 1980 y 1993, con el premio "Revista Plural" de México en 1992, y con el premio "Casa de las Américas" en 1984 y 1998. Además, en 1999, recibió la "Orden de Artes y Letras de Francia". Su obra publicada la integran: Cuando una mujer no duerme en 1980, Para un cordero blanco en 1984, En la arena de Padua en 1991, Páramos en 1993, Travelling en 1995, La foto del invernadero en 1998,  y Te daré de comer como a los pájaros…" en el año 2000. Dirige en La Habana el proyecto cultural Casa de Letras y es editora de la revista Azoteas.

lunes, 17 de junio de 2013

El triunfo de la nación digital


 
Por Armando Añel
Súbitamente, los libros apilados en los estantes, la sucesión innumerable de apellidos en los lomos, sobre las cubiertas, me produjeron la sensación de encontrarme en un cementerio. Era como una necrópolis la vieja librería de Miami, que no visitaba desde hacía más de dos años. Sentí lástima por todos aquellos hombres y mujeres que habían abandonado su insomnio allí, y sus esperanzas, y sus paranoias y sus sufrimientos, jugándose la carta de las estanterías, sepultados bajo los escombros del pasado. Una pena cercana al cariño, pariente de la desolación. De cuando en cuando un anciano distraído se inclinaba sobre una de las cajas. Escuché un suspiro.

Transversalmente, viendo los libros de Carlos Victoria y Reinaldo Arenas apilados en cajas de cartón, a cinco dólares el ejemplar, mosqueados en las esquinas –dos de los escritores más reconocidos del exilio cubano--, se comprende mejor el por qué de la extraña servidumbre con que tantos y tantos “intelectuales” bajan la cabeza y entran por el aro del neocastrismo clientelar. Papá Estado supuestamente los protege de terminar miserablemente apilados en cajas de cartón. Se trata de una fantasía, claro, ningún Estado podrá protegerlos nunca de la derrota que llevan dentro, en su gregarismo salvaje, pero al menos hace la pantomima.  El “paripé”, como le llaman algunos.

Papá Estado, en tanto mecenas institucional del “arte y la cultura”, es ya otra víctima de la revolución tecnológica e Internet, y nada podrá salvarlo. Sus días están contados. Como los de sus acongojados lactantes dentro y fuera de Cuba (Cuba ahora mismo no es más que una reliquia de la prehistoria cultural, referencia de dinosaurios). Amazon no perdona. Google no perdona. AppIe no perdona. Incluso, y en otro orden de cosas, un escritor laureado internacionalmente, rico, como Vargas Llosa, llora por las esquinas ante el avance del futuro. Contemplé por última vez el cementerio, la vieja librería de Miami, metáfora de la nación impresa que se revuelve, y retrocede a cajones y gavetas, bajo el empuje de la nacional digital. Incluso fuera de Cuba, Cuba es ya un espejismo.


Cortesia: Neo Club Press

Presentación de Raudel Collazo y Orlando Luis Pardo en Delio Photo Studio (vídeo)

Cortesía: Neo Club Press

sábado, 15 de junio de 2013

Un poema de Joaquín Gálvez


 
 
 
Otra acepción de la lluvia

 

 
Cuando yo contemplo la lluvia, vuelvo a conversar con mi padre.

Acaso porque la lluvia es su rostro ubicuo,

el territorio donde siempre se reúne con este hijo

que se fue al extranjero.

 

Mi padre y yo fundamos una comunión:

un juego que se sigue extendiendo en la lluvia.

Y así, a prueba de lluvias,

nos descubrió Gene Kelly en un anfiteatro de barrio.

Y la memoria se convirtió en la mejor pesca del riachuelo

-el mapa que lo libera de una geografía anodina-.

Por eso, junto a mi padre, en aquel estadio

ningún juego se suspendió por lluvia.

Y en cualquier parque, y en cualquier feria,

y en todo carnaval de la intemperie,

la lluvia nos ofrendó su lealtad cual infalible techo.

 

Y ahora sé por qué llueve:

nunca nos separamos en el espíritu de la lluvia.

 

Poema perteneciente al libro inédito Hábitat, de próxima aparición

Hoy, Rolando Morelli en el Pen Club


 
Hoy sábado 15 de junio, a las 2 de la tarde, el escritor cubano Rolando Morelli se presenta en la Biblioteca de Coral Way (9445 Coral Way). El evento, convocado por el Pen Club de Escritores Cubanos en el Exilio, será el marco para la presentación del primer número de "Cuadernos monográficos" dedicado a la escritora cubana Zoé Valdés

miércoles, 12 de junio de 2013

‘Siete ciudades’ y un poeta



 
 
 
Elena Iglesias

Especial/El Nuevo Herald

 

Elena Iglesias el Nuevo Herald Este primer poemario de Víctor Jiménez, cineasta independiente, productor de televisión y poeta, es una búsqueda de sí mismo, de lo que cree ser, de lo que quisiera ser y de lo que no sabe aún que es. En muchos aspectos es una autobiografía de sentimientos y acciones presentes y pasadas.

Siete ciudades fue publicado en el 2012 por Red-Ediciones, Barcelona. La cita de Jorge Luis Borges, que precede el libro, es un augurio de lo que vamos a encontrar: “Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso”.

El poeta, que nació en La Habana y estudió actuación en la Escuela de Formación de Actores del ICRT, salió de Cuba hace 30 años, y se define diciendo: S oy una quimera de sal/ que arde en el aire/ un cauce sin rumbo./ Soy un Ícaro de alas derretidas por el sol./ Lanzo poemas a furiosos guerreros/ de algas y gnomos de luz.

Jiménez, quien también ha tomado talleres de actuación con Teresa María Rojas y cursos con los cineasta Sergio Giral y Orlando Rojas, asegura estar lejos de ser un poeta maldito. “Ya no pretendo parir una obra de arte. Solo tengo esta verdad que se me enreda entre tus dedos”.

La ambición de este poeta, que en el campo audiovisual ha realizado publicidad, cortometrajes y documentales, algunos premiados internacionalmente, es despertar a ese niño sonámbulo que lleva adentro: Quiero tener un rostro interrogante/ vivo, despierto, entusiasta y lleno de sed./ Quiero, pero soy solo un niño asombrado/ rodeado de adultos/ en espera de pequeños milagros/ al borde del crepúsculo.

Intenta vivir aprendiendo de los demás, manteniendo el entusiasmo y la capacidad de sorprenderse. “Trato de ayudar al que me lo pida, amo con intensidad, y defiendo al niño que aún me habita, a ese niño lo protejo de la mentira y el horror que nos rodea”.

Qué más cree ser este joven poeta, que actualmente trabaja para el departamento de Promociones de la Cadena NBC Universal como director, escritor, productor y editor, sin abandonar su pasión por la escritura: Soy un caracol/ en un laberinto/ con la casa a cuestas…/Eso soy:/ un caracol baboso y derretido/ que se arrastra como Dalí/ en sus mejores tiempos.

¿Con qué sueña el poeta? Tengo sueños de otra vida/ una vida posible/ con una manera diferente de contar historias. Por sus manos revolotean árboles sagrados… serpientes de agua/ mitos fabulosos/ epopeyas fascinantes/ héroes mitológicos/ dioses para toda ocasión…/ Mis manos se quedan pasmadas/ ante tanta belleza. Sus hijos, su familia, los animales, el amor, el mar, los libros, el buen cine… son su razón para crear y ser mejor. “Dentro de mí todavía existe una llamita de esperanza por un mundo mejor”, asegura.

El poema Siete ciudades, que también le da título al poemario, habla de la magia y del milagro, habla de Cíbola, una de las siete ciudades legendarias de oro, a manera de símbolo. “Son esas siete ciudades en las que he vivido y de las que he aprendido tanto, gracias al contacto con sus pueblos, con sus tradiciones y culturas. Siete son todas mis ciudades posibles, mis ciudades pérdidas, que siempre desembocan en La Habana o en la idealización de una ciudad que dejé hace tanto tiempo”.

También el poema Siete ciudades insinúa la necesidad de encontrar el amor y la belleza en nuestras vidas, ese amor puro que podemos hallar en personas, animales y situaciones, no importa dónde te encuentres, ni en qué ciudad vivas. “Solo tenemos que estar alertas y aprender a mirar a nuestro alrededor. La belleza nos puede sorprender. El siete es un número mágico y místico desde la antigüedad”.

Su poema favorito del libro es Victoria, que le dedica a la más chica de sus tres hijos. “Sueño conque mi pequeña niña no pierda su inocencia al crecer. La sueño una mujer independiente y fuerte. Pero con valores esenciales como la compasión y la bondad, atributos que en estos tiempos, y en todo el mundo, se están perdiendo. Sé que le espera un mundo difícil, pero quiero darle las herramientas para enfrentarlo”.

Víctor tiene otros dos poemarios inéditos, Golpe de mar e Ilusorium. “No paro de escribir. Me encuentro en un momento de mucha actividad creativa en varias áreas que me interesan, como el cine documental, la fotografía y el video”. • 

El poemario ‘Siete ciudades’ será presentado por Elsa Varela en La otra esquina de las palabras, evento organizado por Joaquín Gálvez, el 14 de junio a las 7:00 p.m. Café Demetrio, 300 Alhambra Circle, Coral Gables, (305) 448-4949.


Publicado originalmente en El Nuevo Herald el domingo 9 de junio de 2013

martes, 11 de junio de 2013

Presentación del poemario “Siete Ciudades”, de Víctor Jiménez, en La Otra Esquina de las Palabras


 
La Otra Esquina de las Palabras  invita a la presentación del poemario “Siete Ciudades”,  del poeta y realizador fílmico Víctor Jiménez.


Este evento contará con la participación de la escritora y poeta Elsa Varela y con el joven cantautor venezolano Silverio Lozada y lo acompaña la joven cantautora venezolana Viviana Baptista.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4999
Viernes, 14 de junio-7:00 p.m. 
 
 
Víctor Jiménez nació el 15 de abril de 1965 en la Habana, Cuba. En el 2012 publicó su primer poemario, titulado Siete Ciudades. Algunos de sus poemas han sido publicados en diversas revistas, como Nagari, Baquiana y Sub-Urbano. Es el fundador de DocMiami International Film Festival, el primer Festival Internacional de Cine Documental de la ciudad de Miami y de Docs in Motion, dedicado  a presentar documentales y música acústica en vivo. Víctor es cineasta independiente,  productor de cine y televisión. Actualmente trabaja para el Centro Creativo de Telemundo Network / NBC Universal.